martes, 17 de marzo de 2020

Vida en las organizaciones escolares.

En estos tiempos de Pandemia mundial nos lleva a repensarnos en un mundo distinto. Más parecido a una película o novela de ciencia ficción leída, que una realidad existente hasta el momento de la llegada del coronavirus.
Repensarnos en los tiempos, en la forma de vida, en las organizaciones escolares para dar respuesta solidariamente, a los "otros"...al vecino, a las familias que forman la comunidad educativa, a los niños/as, a los docentes, a los auxiliares y además cuidarnos personalmente.
Las escuelas son caja de resonancia de lo social y frente a esta encrucijada no dejo de pensar en los derechos de cada uno de los que conformamos el sistema educativo. Sobre todo ellos/as...los chicos!!!
Comparto este texto que me pareció muy bello de Edna Rueda Abraham...

"Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo.

Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados.

Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios.

No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo.

Volvimos a la ser aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos.

Si todo sale bien, todo cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón, cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer.

Puede ser, solo es una posibilidad, que este virus nos haga más humanos y de un diluvio atroz surja un pacto nuevo, con una rama de olivo desde donde empezará de cero".

Nos seguimos leyendo...

7 comentarios:

  1. Hermoso texto!!
    Para llevarlo a la reflexión, por el momento, con nuestro entorno familiar. GRACIAS!!!!!💙💙💙

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  2. Me alegro que les guste. A compartirlo

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  3. ..." existe una sola alternativa:ser mejores juntos"...
    Muy buen texto!Para reflexionar y compartir...

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  4. Es así,valorar la vida.Animarnos a reflexionar.Regalar siempre esperanza que es el motor para transitar el camino.

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  5. La construccion de un colectivo que nos entrame a todos y todas es la clave. Seguiremos intentando dar lo mejor de cada uno para que sea posible. Y que cuando la pandemia tenga fecha de vencimiento habitemos un mundo mas humano y menos egoista.

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